Recuerdas cuando tenías siete años y te gustaba un chico, para ti, el más guapo de la clase, te decía, "¿quieres ser mi novia? y tu, con una sonrisa en tu cara, y tu corazón bombeando al ritmo del sonido, le decías, "sí, si quiero ser tu novia.Entonces, ¿somos novios vale?" Y así el en el recreo te cogía cada día una margarita, desnudándola de sus pétalos diciendo a la vez "me quiere, no me quiere, me quiere.." siempre acabando en "me quiere". Os sonreíais, intercambiáis una mirada fugaz y os agarráis de la mano con el tallo de la margarita sujetándolo en la otra. Cuando estabas con él, no te importaba si tus amigas jugaban a las muñecas o a hacer polvis, solo te importaba estar con el, diciendo que vuestro amigo Juan es tonto de remate porque a ti te empujó y te tiró al barro y que jamás de los jamases ibáis a volver a jugar juntos.Pero un día, te llega tu novio y te dice "oye dejamos de ser novios vale? pero.. amigos?" y te ofrece la mano para que juntos os hagáis "amigos" y dejárais de ser novios. Tú, como ese chico te gusta le dices, "vale amigos, será mejor" pero en realidad odias la idea, incluso más que a ese niño que te empujó al barro, de ser solo, solamente amigos. Porque en realidad le quieres decir " Te quiero mucho" sin en realidad saber bien lo que es querer, pero sabiéndolo perfectamente, y quedándote sola, desnudando los pétalos de las margaritas diciendo " me quiere, no me quiere, me quiere,no me quiere..." acabando la maldita margarita en un "no me quiere", porque no estaba él sentado a tu lado. ¿Lo bueno? Que a los tres días, ya no te gustaba Carlos, sino Marcos, y todo es una vuelta a empezar.Ahora no tenemos siete años, pero vemos día a día que muy poco ha cambiado. El único cambio a sido que ahora, sí sabes el significado de "te quiero mucho" y que no es fácil olvidar a la persona por el que lo sientes.
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