Get your own Digital Clock

miércoles, 2 de marzo de 2011

:)

Ella se lo imaginaba y le gustaba pensar que alguien, con solo mirando los dedos, supiese si habían tocado con pasión o por rutina. Si nuestros ojos habían sido mirados con deseo o nuestra lengua había conocido muchos congéneres.
Además, pondríamos saber cuáles fueron nuestros mejores actos sexuales, al igual que un tronco cortado vemos cuándo soportó grandes lluvias o sequías. Quizás a los diecisiete, a los treinta o a los cuarenta y siete. Quizás siempre en primavera o casi siempre cerca del mar.
¿Cuántos mordiscos, cuántos susurros, cuántos chupetones hemos sentido? Un cómputo de números sobre nuestro sexo, nuestra lujuria, nuestro placer solitario.
Y según ella, lo mejor era que cuando acabase esa autopsia sabríamos que estábamos vivos, que podíamos mejorar y lograr que nos acariciasen, que deseáramos, que amáramos y nos amasen.
Nunca me he hecho una autopsia de este tipo. Me ha dado miedo el resultado.
Hay que tener mucha valentía para escuchar eso de los labios de otra persona, aunque no sé si ni siquiera existe alguien con estas cualidades♥




No hay comentarios:

Publicar un comentario